EL LATIDO DE KIC 9832227
(Autora: Ana Paola estudiante de Astrofísca y escritora)
Ana Paola ajusta el algoritmo de transformada de Fourier en su computadora, limpiando el ruido de los datos del James Webb. La curva de luz de KIC 9832227 —una binaria de contacto a 1,800 años luz— muestra lo imposible: Pulsaciones precisas de 1.1 Hz (66 pulsaciones/minuto), idénticas a un corazón humano en reposo.
Armónicos secundarios que coinciden con los patrones de ondas gravitacionales GW170817 (colisión de estrellas de neutrones).
«No es variabilidad térmica… es algo sincronizado con sistemas biológicos», murmura mientras verifica los datos con el catálogo de latidos cardíacos de la NASA (usado para monitorear astronautas).
Su supervisor en el Instituto de Astronomía le advierte:
«Publicar esto te hará el hazmerreír de la comunidad. Las estrellas no laten». Pero esa noche, lleva los datos a un bar cerca del Conservatorio Nacional…
Daniel, vestido con una chamarra bordada con constelaciones en hilo conductivo, improvisa sobre un piano desafinado. Ana Paola se detiene al escuchar una progresión de acentos en Do#m7-Eb6 que replica exactamente la frecuencia de las pulsaciones estelares. El rubato de su interpretación coincide con las fluctuaciones del período orbital de la binaria (11.2 horas).
Ella despliega sus gráficos sobre el piano. Daniel sonríe y toca la secuencia al revés. «Suena a vals… como si las estrellas bailaran».
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